Durante el desfile, las 83 candidatas lucirán vestidos confeccionados por diseñadores ecuatorianos.

Los miembros de la Asociación de Diseñadores Ecuatorianos son los encargados de confeccionar los trajes, joyas y zapatos que lucirán las candidatas al Miss Universo durante la Gala Nacional de la Moda, evento que se efectuará en Guayaquil la tarde del próximo 22 de mayo. Algunos trajes, como los diseñados por Eduardo Villamar, tienen estampados y pedrerías.

Desde hace un mes y medio, 25  integrantes de la Asociación de Diseñadores Ecuatorianos preparan diferentes colecciones de ropa para el desfile de modas en el que participarán las 83 candidatas al concurso Miss Universo, el 22 de mayo próximo, en el Palacio de Cristal.  Estos trajes se entregarán en dos días a los organizadores del certamen internacional, en Quito, para su aprobación.

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La tendencia de los vestidos que se utilizarán durante la velada es la denominada Intimacy, que emplea elementos de ropa íntima como corsets y cintas.

En la semana pasada, los diseñadores se dedicaron a completar la confección de sus trajes. Ellos, junto con sus asistentes, efectuaron los últimos bordados de piedras, lentejuelas y tornasoles.

Realizaron mínimos ajustes en las medidas. También plancharon las prendas para obtener las caídas deseadas.

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Todos los vestidos son entallados, con el fin de realzar la figura de las aspirantes al cetro.

La Asociación de Diseñadores dispuso, a cada uno de sus miembros, elaborar tres trajes para las jóvenes. En Guayaquil se confeccionaron 71, el resto se lo hizo en Manta, Loja, Quito y Cuenca.

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Esther de Marín, diseñadora  guayaquileña, quien vestirá a las candidatas de Ghana, Hungría y Honduras, ha preferido confeccionarlos en una tela plana (sin bordados). Después de la toma de medidas que la realizó en un maniquí –de 90 centímetros de busto, 60 de cintura y 90 de cadera– cubrió las prendas con bordados de piedras y lentejuelas. En uno de sus modelos empleó cintas cruzadas en la parte delantera del traje.

Los tres vestidos los hizo en colores pasteles con el propósito de que se adaptaran a la tez de cualquier reina de belleza, pues la candidata que lo use puede variar.

Esther de Marín quiere recordar en sus vestidos la época de Charleston. Aquellos trajes con flequillos que se mueven delicadamente con el viento. Para ello utiliza tiras de chifones, delgadas y gruesas, que dan la apariencia de pelusas. Llegan al final de la pierna con algunas aberturas.

Su tendencia en texturas es tul sobre peau de soi y organza sobre chifones.

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La colección de moda que lucirán las misses de Irlanda, Israel e Italia será de color dorado, desde los más claros hasta el cobrizo, y estará a cargo del diseñador Luis Tipán. Son vestidos ceñidos al cuerpo, largos, con caídas en forma de cascadas o abiertos a un costado de la pierna y con diseños geométricos en sus bordados. Utiliza piedras, cristales, lentejuelas y tornasoles.

Otros, como Eduardo Villamar, se apegan a los estampados. Aquellos rayados que dan la impresión de pertenecer a animales salvajes: blanco con rayas como si fuera la piel de un leopardo, naranjas y cafés, como el tigre, y verde con blancos, como la cebra, aunque esta sea negro con blanco. Los trajes de baño elaborados por Villamar siguen la misma tendencia.

Las postulantes al Miss Universo de los países de Puerto Rico, Polonia y Rusia, que vestirán sus diseños,  lucirán su silueta y dejarán ver flequillos de tela chifón que, por su largura y estilo,  “dan la impresión de ser colas de animales o de que uno de ellos las desgarra”, explicó.

En cada colección ha trabajado un promedio de cinco a siete personas, destinadas a la labor de creación, corte, costura y bordados.