Propuesta
La nueva propuesta de ley migratoria presentada por el presidente George W. Bush, el pasado 9 de enero, que propone visados temporales de trabajo para los indocumentados, fue recibida en la comunidad latinoamericana de EE.UU. con interés por las empresas, pero con aprehensión por los indocumentados.

Visa temporal

La propuesta de Bush da visas de trabajo de tres años, renovables por un periodo indeterminado, a quienes ya posean trabajo en EE.UU. o a extranjeros auspiciados por un empleador que no encuentre un norteamericano para tal cargo.

Sin amnistía
Los tres años serán renovables, pero tendrán un fin, con lo que Bush ratificó su oposición a una amnistía masiva para los indocumentados.

No a cubanos

El plan incluye a todos los trabajadores extranjeros que viven en el exterior, más los que habitan en EE.UU. sin residencia legal. No pueden participar los cubanos que residen en la isla, pues el bloqueo de Washington prohíbe que reciban dinero de este país, ni siquiera como compensación laboral.

Regreso
Si el Congreso aprueba la ley ofrecerá a largo plazo a los inmigrantes las garantías de que puedan volver a sus países de origen y conllevará un beneficio monetario basado en las contribuciones hechas durante su estadía.

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Oportunidad
En cuanto a los latinoamericanos que aún no están en EE.UU., les ofrecerá una oportunidad de poder llegar a este país en busca de conveniencias económicas, sin tener que sufrir separación familiar, segregación y sacrificio del núcleo familiar”.

Dinero
El proyecto migratorio prevé dar una suma de dinero para empezar algún tipo de negocio y continuar con sus carreras, incrementando las oportunidades económicas para otros en sus países de origen.

Retos
Estados Unidos tiene dos grandes retos en la seguridad, que no puede solucionar mientras existan cerca de diez millones de indocumentados, pues si los migrantes indocumentados son ya una fuente de ingreso para el país, al fisco le interesa recaudar los fondos por impuestos que generaría los regularizados.

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Dinero
Varios sectores dentro de la sociedad norteamericana han visto el anuncio solo como una estrategia electoral más de Bush, que busca el voto de los latinos que viven en EE.UU.