El papa Juan Pablo II considera que la fe cristiana representa no solo el pasado de Europa, sino también el presente y el futuro, y entiende que a través de ella se puede desarrollar una identidad en el continente.

Así figura en la carta que él envió a los participantes en un seminario sobre Europa que se celebra en Stuttgart, según el texto difundido ayer por el Vaticano.

En la misiva el Pontífice expresa su apoyo al proceso de integración europea y apuesta por el diálogo ecuménico como vía para favorecer el objetivo de la identidad europea.

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Dice que Europa no puede pensar solo en sí misma y limitar el bien solo en el interior de sus fronteras, sino que “es llamada a servir al mundo”.