Los octavos de final de la Copa Libertadores de América ofrecieron, en su arranque, una auténtica hecatombe para los intereses brasileños, ya que los tres mejores equipos de la pasada campaña cayeron y uno de ellos, el Santos, vio cómo su entrenador, Emerson Leao, dimitía después de que el equipo perdiese su condición de invicto ante Liga de Quito.

El campeón brasileño del 2002, subcampeón del 2003 y finalista de la última Copa Libertadores, que terminó la primera fase del torneo continental como el cuadro con mejores números de los 36 inscritos fue incapaz de mantener la ventaja de 2-0 que exhibía a los 4 minutos de juego y encajó su primera derrota: una goleada sin paliativos 4-2, en Quito.

El Cruzeiro, campeón brasileño del 2003, no se salvó de la quema brasileña y perdió 1-0 ante el Deportivo Cali, que aprovechó el solitario tanto de Julián Téllez (37m), para lograr una ventaja mínima para el juego de vuelta.

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Y como no hay dos sin tres, tras las caídas de Cruzeiro y Santos, primero y segundo, respectivamente, del Brasileirao 2003, le tocó el turno al Sao Paulo, que aparecía como favorito en Argentina ante el Rosario Central tras su excelente primera fase.

Pero la expulsión de Fabio Simplicio (32m) por doble amarilla fue una importante rémora para el equipo de Cuca, que encajó un gol al final del encuentro (86m), obra de Gonzalo Belloso. Solo Sao Caetano se salvó de las críticas de la prensa brasileña, entre los cuatro sobrevivientes, al vencer 2-1 al América, de México.