El presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair, acordaron este domingo en París trabajar juntos en Naciones Unidas para asegurar una transición política suave en Iraq, aseguraron responsables franceses.
 
Durante un almuerzo de trabajo con Tony Blair, al que se sumó el primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, Chirac insistió de nuevo "en la  necesidad de una verdadera ruptura el 30 de junio y en un traspaso real de  poderes" entre la coalición dirigida por Estados Unidos y un gobierno provisional iraquí.
 
"El presidente de la República y el primer ministro británico acordaron que, independientemente de las dificultades o divergencias del enfoque, franceses y británicos trabajen en buena cooperación para contribuir en la  búsqueda de una solución" en Irak, señaló Catherine Colonna, portavoz del Elíseo, sede de la presidencia francesa.
 
Colonna también aseguró que los dos mandatarios hablaron en su encuentro de  casi hora y media de la situación sobre el terreno en Iraq, en particular sobre  el recrudecimiento de la violencia durante las últimas semanas.
 
El enviado especial de Naciones Unidas en Iraq, Lajdar Brahimi, pretende  invitar a tecnócratas a formar un gobierno interino después del traspaso de la  soberanía a los iraquíes el 30 de junio, y celebrar elecciones en enero.
 
Estados Unidos espera una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU  para avalar el traspaso de poder de la coalición al gobierno iraquí.
 
Anteriormente, en un encuentro con cerca de 400 jóvenes franceses y  británicos en el Elíseo, con motivo del Día de Europa, Chirac criticó indirectamente a los soldados estadounidenses por los abusos y malos tratos infligidos a prisioneros iraquíes, al señalar que toda humillación acarrea  "reflejos agresivos".
 
"Cada vez que humillan, de una forma u otra, crean reflejos de  agresividad", dijo Chirac, para quien "el respeto del otro es la clave del  desarrollo y de la paz en el mundo".
 
La divulgación de pruebas sobre los malos tratos infligidos por soldados  estadounidenses a prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, cerca de  Bagdad, ha sorprendido a la opinión pública mundial y ha forzado a la administración del presidente estadoundiense, George W. Bush, a lanzar una masiva campaña para contrarrestar los daños de imagen.
 
Chirac aseguró que "está claro que una mayoría de iraquíes tienen  sentimientos negativos hacia las fuerzas de paz, a las que consideran fuerzas  de ocupación".
 
"Por ello, es muy urgente traspasar, sin ninguna ambigüedad, (...) la  soberanía y los poderes a una verdadera autoridad iraquí reconocida como tal  por el pueblo", aseguró el presidente francés.
 
Por su parte, Blair dijo que esperaba que el Consejo de Seguridad alcance  un acuerdo para apoyar de manera "limpia y completa el traspaso de soberanía"  en Irak, a pesar de las diferencias que sobre el conflicto iraquí mantuvieron  en el pasado en dicho organismo.
 
"Todo el mundo tiene interés en que Iraq se estabilice y se convierta en un  país próspero y democrático", aseguró.
 
Francia se opuso a la guerra para expulsar a Saddam Husssein del poder,  mientras que Gran Bretaña apoyaba sin resquicios a Estados Unidos en su  aventura en Iraq, a donde envió numerosas tropas.