A las 20h35 del pasado jueves, el cantante puertorriqueño Chayanne apareció sobre la tarima del coliseo Rumiñahui, entonando una guitarra y vistiendo jeans con varios zurcidos. Treinta segundos antes, los ocho músicos que lo acompañaron ocuparon el escenario.

“Yo no sé qué me sucedió, eres dulce y peligrosa y así te quiero yo”, fue el coro con el que inició el show, parte de la gira Sincero.

El intérprete boricua, que actúa hoy en el estadio Modelo de Guayaquil, se entregó al público con su banda y cuatro bailarines; siempre estuvo pendiente de la actitud del público.

Para la cuarta canción, todo el concierto de Chayanne se desplegó.

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Empezó a recibir flores, incluso muñecos de peluche y una pulsera, que guardó en el pantalón.

Hizo ademanes con las manos, imitando a quienes lo miraban con binoculares. No faltaron las cámaras fotográficas y de video, para registrar el espectáculo.

El artista agradeció la acogida de los quiteños. Alrededor de 15.000 personas presenciaron el concierto. Interpretó temas del disco que promociona, Sincero. También lo hizo con canciones que lo lanzaron al estrellato.

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“Lo dejaría todo porque te quedaras, mi credo mi pasado mi religión”, coreó el Rumiñahui. Chayanne provocó lágrimas de los más románticos.

Y continuó con varios temas suaves. Las canciones Completamente enamorados y Tiempo de vals dejaron algunas voces disfónicas.

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El público solicitó la canción Torero, que cerró el concierto cerca de las 22h30. Antes de despedirse, Chayanne maniobró una motocicleta en el escenario. Acabó con un baile intenso.

La adrenalina se evidenció sobre las tablas aunque Chayanne cantó buena parte del show sentado.