Para Rosa Mora de Herrera, de 54 años y médica pediatra de profesión, la celebración del Día de la Madre se realizó ayer con toda su familia reunida en su vivienda de la ciudadela Alborada.

El agasajo se adelantó porque una de sus hijas que ejerce igual actividad estará laborando mañana en un hospital de la ciudad.

Rosa añora aquellas épocas cuando era pequeña y  se realizaba otro tipo de celebración. “Era más familiar y menos  comercial. Hay que entender que los tiempos van evolucionando, sin embargo lo más importante sigue siendo la unión familiar”, sostiene.

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Aún conserva en su casa pequeños detalles llenos de cariño como las tarjetas que sus hijos le regalaron y aprendieron a hacer cuando estaban en la escuela.

También recuerda aquellos momentos cuando su esposo y sus hijos la despertaban con un beso y el desayuno en la cama.

Sin embargo, la celebración que Rosa más recuerda fue la de 1983, cuando pasó por última vez con su madre. “Estuvimos con ella sus 9 hijos y 40 nietos. Fue el último Día de la Madre que pasamos con ella, porque en julio de ese año falleció”, recuerda.