Un presunto suicida hizo explotar ayer una bomba en una abarrotada mezquita chiita de la localidad paquistaní de Karachi, en el sur del país, el cual causó la muerte de 15 personas e hirió a más de 125, dijeron las autoridades.

La mezquita estaba llena de fieles para las oraciones del viernes cuando se produjo el cuarto y peor ataque con bomba en cinco días en Pakistán, uno de los países principales en la guerra contra el terrorismo que es liderada por los Estados Unidos.

El presidente Pervez Musharraf calificó el ataque como un “atroz acto de terrorismo” y ordenó una investigación inmediata.

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Resultó muy dañada la mezquita, quedando su suelo y paredes salpicados de sangre y de restos humanos.

Se trata del último ataque contra una mezquita chiita en Pakistán, que se ha visto asolado en décadas por incidentes violentos entre la minoría chiita y la mayoría sunita.

Grupos de chiitas indignados salieron a las calles en el centro de Karachi, apedrearon coches y tiendas e incendiaron una gasolinera estatal y varios vehículos.

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La mezquita se encuentra dentro del complejo de una escuela histórica, la Sindh Madarsatul Islam, donde el fundador de Pakistán, Mohamed Ali Jinah, realizó sus primeros estudios.

Más de 125 personas han muerto en brotes de violencia religiosa en Pakistán en menos de un año, la mayoría de ellos chiitas.