El polémico ex general golpista paraguayo Lino Oviedo, prófugo de la justicia de su país, dijo que volverá a Paraguay en junio para disputar la presidencia, y acusó al mandatario Nicanor Duarte de no poner empeño en el combate a la extendida ilegalidad en la nación.
 
"Es una decisión, vuelvo a Paraguay en el mes de junio próximo, dentro de poco más de un mes. Las condiciones se están dando. Se han cambiado seis miembros de la corte suprema de justicia. Entre esos seis ha habido también personas que han sido mis verdugos", dijo Oviedo en una entrevista con Reuters.
 
Oviedo dirige un debilitado partido político y hace más de cinco años que está fuera de Paraguay. Ha iniciado una ofensiva mediática en Brasil, donde reside desde el 2000, y asegura que tarde o temprano llegará al poder "por la vía constitucional".
 
El ex jefe del ejército de Paraguay fue condenado a 10 años de prisión en Paraguay por un intento de golpe de estado en 1996 en un proceso que él cuestiona, y luego el máximo tribunal de justicia brasileño negó a la justicia paraguaya su extradición en el 2001 al considerarlo un perseguido político.
 
"Me he preparado para presidente de la República de una manera seria y responsable", indicó el ex general, que orienta la Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), una escición del Partido Colorado, que se mantiene en el poder desde 1947.
 
Oviedo indicó que sus abogados defensores buscarán invalidar el proceso judicial que lo condenó y negó que haya intentado usurpar el poder legítimo en su país.
 
"Yo tengo una sentencia a 10 años de prisión por un supuesto golpe de Estado que nunca existió. No hay un solo soldado, ni un teniente, ni un capitán, ni un coronel ni un general que diga que conmigo se adhirió al golpe de Estado", dijo por teléfono desde la ciudad brasileña de Foz de Iguazú, limítrofe de su país.
 
"La Constitución de Paraguay permite la revisión de los procesos por hechos nuevos y ese camino utilizarán mis abogados", explicó.
 
Los hechos nuevos a los que el ex militar se refiere son revelaciones recientes de un ex secretario de Luis María Argaña, vicepresidente paraguayo asesinado en 1999, un crimen por el que Oviedo fue sindicado en su momento como autor intelectual por ser enemigo político del fallecido.
 
El ex colaborador de Argaña dijo que en realidad el crimen fue una farsa que permitió un solapado golpe de Estado contra el mandatario de entonces, Raúl Cubas, ahijado político del ex general.
 
La confesión favoreció las aspiraciones de Oviedo para retornar a Paraguay y neutralizar los juicios que pudieran involucrarlo. Pero los enemigos de Oviedo dicen que "los hechos nuevos" no son más que propaganda destinada a reflotar la notoriedad pública del ex militar.
 
El crimen, la corrupción y el engaño son fenómenos habituales en Paraguay en todos los niveles, en especial en la esfera política y la administración pública.
 
Oviedo, sin embargo, prefirió responsabilizar al actual gobierno de Nicanor Duarte, que asumió el poder el 15 de agosto, por males endémicos del país, como la piratería y la corrupción.
 
"Paraguay es un país involucrado en la piratería, el tráfico de drogas, de armas, en falsificación de cigarrillos. Esta situación es responsabilidad del gobierno", dijo, asegurando que pone muy poco empeño en combatir esos delitos.