Cuando el periodista polaco Ryszard Kapuscinsky (de 72 años) asiste a reuniones con jóvenes estudiantes de Periodismo de cualquier parte del mundo les pide hacer el mismo ejercicio. “Piensen detenidamente: ¿puedo dedicarme a otra cosa que no sea esto?”

Si la respuesta es afirmativa, esos jóvenes no están capacitados para ser periodistas. En cambio, si me dicen que no podrían dedicarse a nada más, están por buen camino”.

Con su voz pausada, en un defectuoso español, Kapuscinsky –considerado como el corresponsal de guerra más importante del último siglo– relató esta anécdota ante unos 400 jóvenes estudiantes y periodistas, el lunes pasado, en el auditorio León de Greiff, de la Universidad Nacional de Colombia.

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Participó en el conversatorio ‘Tres hombres del siglo XX hablan del periodismo del siglo XXI’, organizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez y la organización Reporteros Sin Fronteras, a propósito del Día Mundial de la Libertad de Expresión y Prensa.

Oficio mal pagado
Para Kapuscinsky, el oficio del periodista es el más difícil del mundo (“es peligroso y mal pagado”), que sufre permanentemente cuatro amenazas: la represión física (el año pasado, más de 100 periodistas fueron asesinados en todo el mundo), las amenazas, la censura y la manipulación.

“El aprendizaje del periodista no termina nunca. No es como un médico o un ingeniero que aprende fórmulas y nada más. Yo creo que los medios de comunicación social de hoy son como las iglesias (o grupos religiosos) medievales: pueden condenar o levantar a un personaje o a una sociedad; de allí la gran importancia de la formación periodística”.

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El periodista polaco (que ha estado en la cobertura de 27 revoluciones y 12 guerras, especialmente en África) no cree en la objetividad del periodista.

Dice que los reporteros tienen que escribir con pasión, con mucha vinculación personal en el tema. “La objetividad produce textos fríos, muertos”, asegura él, quien reveló a la revista Libros, de la publicación Semana, que nunca ha realizado una entrevista, género que considera “despreciable” porque reduce el oficio a conversaciones que suelen ser intrascendentes.

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Misionero
En esa misma publicación, expone su visión –que considera idealista– de la profesión: “el trabajo del periodista es como el del misionero, tiene que abrir caminos para que los pueblos se conozcan. La misión del periodista es hacer algo bueno por los otros: una obligación ética”.

Kapuscinsky presentó su libro Los cinco sentidos del periodista (estar, ver, oír, compartir, pensar), en el marco de la Feria del Libro, el pasado 1 de mayo.

El texto, editado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y el Fondo de Cultura Económica, se agotó de las perchas ese mismo día”.