Alrededor de 1,5 millones de niños menores de cinco años mueren cada año en los diez países más pobres del mundo, por "necesidad crónica", señala el informe anual de UNICEF, presentado hoy en Berlín.
 
Sólo en la República del Congo se registra una media de 530.000 fallecimientos anuales, mientras que en otros países africanos como Sierra Leona y Angola o asiáticos como Afganistán sólo uno de cada cuatro niños sobrevive a los 5 años.
 
Enfermedades curables en el mundo desarrollado como sarampión, diarrea, malaria e infecciones respiratorias son mortales en esos países porque los pequeños están desnutridos y faltos de atención médica.
 
La explosión de minas antipersonales es otra de las causas más frecuentes de muerte de niños en países en guerra o que sufrieron un conflicto bélico en los últimos años.
 
Numerosos países permanecen al margen de la ayuda internacional, denunció UNICEF, que apeló a la comunidad y a la opinión pública internacionales a reunir fondos para aliviar la situación.
 
"La significación político-estratégica de un país y su presencia en los medios informativos no deberían decidir si los niños necesitados reciben ayuda o no", manifestó el jefe de la división alemana de UNICEF, Dietrich Garlichs.
 
La organización trajo a Berlín en calidad de embajador al cantante estadounidense Harry Belafonte, que criticó la indiferencia de la opinión pública mundial ante el hambre y la enfermedad y señaló que "si no las superamos, no vamos a vivir nunca en paz".