La prensa informó que los representantes del artista francés se mostraron francamente interesados de organizar además una función en Guayaquil, pero que el proyecto al final no se pudo hacer realidad, sin que se conozcan los motivos.
El hecho nos motiva a reflexionar sobre este fenómeno ya repetido de eventos artísticos internacionales muy importantes que visitan nuestro país pero no llegan a Guayaquil.

Junto con Marceau podríamos mencionar, como caso reciente, la exposición del cubano Wilfredo Lam.

Si se tratase de un asunto de mercado, deberíamos resignarnos; pero nos resistimos a creer que de eso se trate. Todos los eventos culturales recientes han tenido en Guayaquil un éxito extraordinario. ¿Acaso hemos olvidado la exposición de Rembrandt? La ciudad sigue deseosa, como siempre, de aportes culturales y artísticos, pero algo se interpone en el camino.]

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Quizás sea momento de que las autoridades de cultura revisen lo que está ocurriendo y propongan medidas que apunten a corregir esta lamentable situación.