Valentín Xaxo, una de las hermanas encargadas de este centro de ayuda, que se ubica desde hace quince años en la cooperativa Unión de Bananeros del Guasmo Sur, comenta que uno de los principales problemas que tenían era la falta de un área específica para sepultar a los indigentes que atienden cuando mueren.
“Pedimos desde hace cinco años que nos cedan un espacio de terreno en el cementerio del suburbio para sepultarlos. Solo queremos el área porque los gastos de construcción del pabellón lo asumimos nosotras”, manifestó Xaxo.
Esta semana la Dirección de Acción Social y Educación del Municipio de la ciudad resolvió atender este pedido y su director, Roberto Vernimmen, se reunió con la presidenta del Voluntariado del asilo, Karyna de Abad, y con la hermana Xaxo para establecer un convenio de apoyo.
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El cabildo informó que iniciará las gestiones pertinentes para crear un área dentro del cementerio citado, destinada para los indigentes que se atienden en el asilo.
En esa casa se atiende a 80 ancianos (35 mujeres y 45 hombres), quienes tienen problemas severos de demencia senil y desnutrición, según referencias de las encargadas del centro.
El alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, dispuso que las hermanas puedan utilizar el cementerio ubicado en Pascuales, en el norte de la ciudad, para sepultar a los indigentes que fallezcan hasta que culmine el trámite de entrega del terreno en el suburbio. Allí pagarán un centavo de dólar por la tasa municipal que se cobra por el uso de una caja mortuoria y la bóveda.
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Las hermanas participarán de las mesas de concertación para desarrollar el Plan Cantonal de Mayores. “Queremos que ellas coordinen con nosotros acciones para mejorar la situación de este grupo poblacional”, dijo Roberto Vernimmen, director de Acción Social y Educación (DASE).