La Constitución en el art. 23, numeral 3, establece la igualdad ante la ley: “Todas las personas serán consideradas iguales y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin discriminación”.

Las disposiciones establecidas en la Constitución rigen sobre las demás leyes, reglamentos de menor prelación; sin embargo, a estas se pretenden desconocer.

Hace más dos meses el Consejo Nacional de la Judicatura puso a disposición de los abogados el alquiler de los casilleros judiciales en los palacios de Justicia de Guayaquil y Quito. Había que depositar  12 dólares en la cuenta de tasas judiciales por concepto de un año de alquiler.

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Sin embargo, el profesional de Guayaquil recibe una sola llave para abrir el casillero, a diferencia de su colega de Quito que recibe dos llaves.

Lo que alegan los delegados distritales del Consejo Nacional de la Judicatura de Guayaquil, es que la otra llave queda en poder de la Sala de Casilleros y Notificaciones, lo cual es absurdo por cuanto los empleados a cargo de depositar la boletas de notificación, lo hacen desde el interior de su recinto por una rendija en cada casillero, y no necesitan abrir los postigos de casillas.

De perderse o ser víctima de un robo de la única llave entregada, (situación que ya se ha dado) el usuario deberá depositar a la cuenta de tasas judiciales $ 40 para obtener el cambio de otra chapa de seguridad en su casillero; más económico resultará al usuario alquilar un nuevo casillero.

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La llave que se queda la Sala de Casilleros y Notificaciones deja de tener utilidad. ¡Vaya otra de las cosas insólitas de nuestro país!

Ab. Irak Isaí Gaitán Tamayo
Guayaquil