No hay duda de que en la actualidad estamos viviendo en el país una marcada diferencia de clases: los ciudadanos “de primera” y los ciudadanos “de segunda”.

En una nación como la nuestra, donde la pobreza y el desempleo aumentan cada día, crece el porcentaje de ciudadanos “de segunda”, sin embargo, los ciudadanos “de primera” ostentan cargos públicos bien remunerados, a pesar de mantener sus salarios en la institución particular a la que pertenecen.

No es posible que ciertos grupos militares ejerzan labores para las cuales no están especializados, restándoles oportunidad de trabajo a personas que podrían ejercer esa función.

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Esperamos que el Presidente dé trabajo a quien lo necesita, y regrese a sus funciones específicas a aquellos que están percibiendo doble salario y quitándoles el pan a las familias de los desempleados.

Xavier Vallejo Iturralde
Guayaquil
Para los que “administran” un país, rara vez las cosas andan mal, nunca admiten los graves problemas como el hambre, la falta de empleo.

Para ellos siempre todo está “bien”; claro, si unos “los de arriba” los que mandan, ganan bien, comen bien, mientras que los de “abajo”, el pueblo, ni siquiera tienen trabajo.

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Lucía Rojas
Daule