Recorrieron desde las 08h30 de ayer los pasillos del malecón del estero Salado y del parque Rodolfo Baquerizo Moreno, ubicado en la Av. Nueve  de Octubre y Tungurahua, en el centro oeste de Guayaquil.

Treinta y nueve niños de la escuela República de Colombia fueron los primeros en observar el sistema de reciclaje de desechos que se aplica en los dos sitios.

Ellos observaron los 32 módulos clasificadores y anotaron la importancia de ordenar los desechos.
Kevin Medina tenía un cuaderno sobre el que escribió que el tacho cubierto de una funda azul sirve para colocar botellas de plástico o vidrio, latas de aluminio y cartón. “El resto, las sobras de comida se botan en los tachos con funda naranja”, manifestó el pequeño, “se lo diré a mis padres”, añadió.

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Después se dirigieron en una mañana soleada al centro de acopio donde se clasifican los desechos. Hasta allí llegan las fundas azules que  son vaciadas en un balde metálico lleno de agua conectado a una banda automática por donde se deslizan.

Los estudiantes ingresaron luego a un aula ovalada en la que la coordinadora del proyecto, Sandra Chacón, preguntó ¿qué es el reciclaje?

“Es una forma de transformar lo que es basura y así cuidamos el ambiente”, precisó Ricardo Sánchez, uno de los más inquietos del grupo. Se levantaba, alzaba la mano y vociferaba sus respuestas con seguridad.

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Esta jornada se repetirá hoy con otros 30 niños de sexto año de básica de la escuela Ángel Polibio Chávez. “Es un proyecto para educar”, acotó Sandra Chacón, la guía del recorrido.