México aguarda la respuesta de Cuba a la crisis diplomática con la estrategia de mantenerse firme ante las "provocaciones" del país caribeño, pero sin dejar de invitar al diálogo para evitar la ruptura de las relaciones.
 
El presidente de México, Vicente Fox, rechazó este martes las "provocaciones absurdas" e intentos de injerencia de otros países, al aludir a la crisis diplomática con Cuba, la peor que se recuerde en la historia de los centenarios lazos entre ambos países.
 
"Enfrentamos y desechamos provocaciones absurdas que sólo buscan destruir los estrechos lazos de amistad y cooperación que por décadas nos han unido a otros pueblos", afirmó Fox en un acto de conmemoración de un aniversario patriótico.
 
Además afirmó que el gobierno "jamás" aceptará "que se ofenda la dignidad de México" y que se "atente" contra su "soberanía", ni permitirá "que nadie, grande o pequeño, pretenda intervenir en asuntos que competen únicamente y exclusivamente al pueblo mexicano".
 
El tono de firmeza del presidente, que parece reafirmar la decisión de reducir al mínimo las relaciones bilaterales, sucede al conciliatorio adoptado anoche por la Cancillería, que tendió una mano al régimen comunista de Fidel Castro.
 
"Le manifiesto mi absoluta disposición para que a través del restablecimiento de la confianza y el diálogo podamos dar a la relación el tratamiento que corresponde a nuestros mutuos intereses", señaló el canciller mexicano, Ernesto Derbez, en una nota dirigida a su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque.
 
Con ese gesto, el gobierno mexicano, que después de reducir la relación al nivel de encargados de negocios en las respectivas embajadas ha subrayado que no pretende la ruptura de las relaciones, buscaba una solución a la crisis, coinciden los analistas.
 
Pero al mismo tiempo ha recalcado que ello debe realizarse por la vía diplomática, ya que considera que el gobierno cubano no está resguardado los canales oficiales de comunicación en momentos de tensión como éste.
 
Los términos en que Cuba llevó a cabo la semana pasada la deportación del empresario mexicano de origen argentino Carlos Ahumada, acusado de fraude en México, ha sido la principal causa del estallido de la crisis, que corona el enfriamiento paulatino de las relaciones desde que en Fox asumió el poder en el año 2000.
 
Uno de los detonantes de la creciente crispación fue la afirmación en forma pública de La Habana de que, antes de salir de la isla, el controvertido empresario declaró a las autoridades que su caso tiene connotaciones políticas.
 
Ahumada, que fue deportado de forma sorpresiva por Cuba poniendo fin así a su eventual extradición, ha sido involucrado en actos de corrupción con funcionarios en la capital mexicana del izquierdista Partido de la Revolución Democrática, que a su vez acusa al Gobierno de Fox de haberlos difundido en vídeos para perjudicarlo.
 
El portavoz de la Cancillería, Allan Nahum, reiteró hoy, pocas horas antes de que Cuba se pronuncie sobre la crisis, la petición al gobierno cubano para que se respeten los canales oficiales para restablecer el diálogo, en lugar de hacerlo por los medios de prensa.
 
Añadió que por el momento no hubo respuesta por vía oficial al mensaje enviado por la cancillería a Cuba.
 
"Los medios de comunicación (...) son un instrumento para informar a la sociedad sobre las acciones de los gobiernos, pero no para mandar mensajes entre un gobierno y otro", indicó el portavoz.
 
Todos los medios de comunicación están pendientes del mensaje que tiene previsto hacer hoy el canciller cubano acerca de las relaciones con México y algunos se preguntan qué tipo de información comprometedora podría difundir el régimen cubano sobre el caso Ahumada.
 
La crispación de las relaciones con Cuba ha molestado a los partidos de la oposición, que cuestionan la posible ruptura de las relaciones, y a grupos civiles de apoyo al régimen de Castro, que se han manifestado en los últimos días en esta capital.
 
Encuestas de opinión señalan además que los mexicanos no están conformes con que México y Cuba corten sus históricos lazos.