Los secuestradores liberaron al empresario Fausto Dueñas, sin el pago de rescate, tras 50 días de cautiverio.

“Cuando llegué a casa, timbré y solo avancé a decir mami. El agotamiento de haber caminado varias horas por quebradas y potreros, no me permitió decir más”, dijo ayer Fausto Dueñas Moncayo, de 38 años, quien fue liberado el domingo 25 de abril  pasado, tras permanecer 50 días secuestrado.

Dueñas, quien finalmente no pagó rescate a los plagiadores, contó que el secuestro ocurrió el pasado 5 de marzo, cuando fue interceptado por una camioneta doble cabina roja. “Quise escapar por atrás, pero me obligaron a apagar el carro, luego me subieron a la fuerza en otro, y me taparon con una cobija”, agregó.

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Relató que iba con los ojos vendados y cree que lo llevaron por un camino de lastre y lodo, ya que el vehículo patinaba. “Me ataron los pies y me dijeron que me arrastrara por el monte. Así me tuvieron hasta la tarde, custodiado por unos hombres, luego sentí que estaba solo”, añadió.

Dueñas expresó que aunque estaba atado trató de huir, pero que uno de ellos se lo impidió. “‘Epa pué hombre, pa dónde vas’, me dijo con acento colombiano, y luego añadió: ‘tírese al suelo, le dijimos que no se mueva’. Me levantaron con un golpe, me subieron al carro y me vendaron los ojos con un pañuelo oscuro”, explicó.

El empresario, propietario de una fábrica de balsa, indicó que lo mantuvieron en una casa de piso de pambil y de tabla triplex, que dormía en una cama de fierro, que le daban de desayunar verde cocinado, huevo y una taza de té; en el almuerzo, sopa de fideo y seco de carne o atún, y que pasaba custodiado por dos sujetos en el día y dos en la noche.

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Su madre, Loly Moncayo, señaló que cuando oyó el timbre a eso de la 01h00 del domingo (25 de abril), se puso nerviosa porque no podía creer que su hijo había regresado. “Lo único que le pedí a mi Dios era eso, que me lo trajera de vuelta y con vida”, sostuvo.

Dueñas destacó que el momento más difícil durante su cautiverio, fue cuando uno de los secuestradores le dijo: “Han matado a uno de los nuestros y tengo la orden de matarte, entonces yo pensé que iba a morir, y lo único que hice fue orar”, contó.

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Manifestó que esto ocurrió cuando la Policía mató a uno de los presuntos secuestradores (Mauricio Gutiérrez), durante un tiroteo en Quito, el pasado 19 de abril, donde capturaron a tres individuos implicados en el plagio.

Afirmó Dueñas que “como a las 16h00 del domingo”, lo dejaron en libertad. “Me dejaron abandonado y luego esperé dos horas hasta que empecé a caminar. Llegué a una casa y una señora me dijo que estaba en La Bramadora (Manabí), allí me ayudaron a coger un taxi hasta mi casa en Santo Domingo”, aseveró.