Unos 140.000 trabajadores de diversos sindicatos marcharon hoy en la capital mexicana para defender sus derechos, exigir mejores salarios, más empleos y criticar el modelo económico del gobierno del presidente Vicente Fox.
 
Las organizaciones afiliadas al Congreso del Trabajo, organismo que agrupa a los principales sindicatos del país, y de organizaciones independientes marcharon por diversas avenidas del Distrito Federal en demanda de un cambio a la política laboral del gobierno, que ha generado menor crecimiento y mayor desempleo.
 
Fox prometió en su campaña por la Presidencia generar un millón de empleos anuales para satisfacer la incorporación de jóvenes al mercado laboral, meta que no ha cumplido.
 
El desempleo abierto urbano se ubicó en el primer trimestre de este año en 3,86 por ciento de la Población Económicamente Activa.
 
 Durante las marchas conmemorativas del Día Internacional del Trabajo, que transcurrieron según informes policiales sin incidentes graves, los sindicalistas quemaron simbólicamente figuras con la imagen de Fox.
 
Los sindicatos del Congreso del Trabajo se reunieron por la mañana en el Zócalo capitalino (plaza central) y concluyeron su mitin temprano para dejar el espacio a los sindicatos independientes.
 
Sus líderes defendieron las conquistas laborales y rechazaron la reforma laboral que negocia el Gobierno de manera unilateral y lamentaron que no se vean signos de cambio en la conducción económica del país.
 
Por su parte, las organizaciones independientes se movilizaron en diversas marchas para confluir en el Zócalo.
 
Estas organizaciones rechazaron las mutilaciones a los contratos laborales que pretende el gobierno entre estos el de los trabajadores del Instituto Mexicano de Seguro Social.
 
Junto con los sindicalistas independientes participaron miembros de otras organizaciones vecinales y maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, disidente del sindicato oficial.
 
La Secretaría de Seguridad Pública capitalina informó en un comunicado que en total marcharon unas 140.000 personas y que no se presentaron incidentes ni actos vandálicos.
 
Las autoridades capitalinas movilizaron a cerca de 2.000 miembros de los cuerpos policiales para garantizar la seguridad y evitar incidentes de violencia.