Campesinos peruanos han comenzado a enarbolar la  bandera de la “nación aymara” autónoma junto a sus hermanos del vecino Bolivia,  ante lo que consideran una situación de olvido del gobierno central de Perú.

La consigna la iniciaron los pobladores de Ilave, al sureste, en la frontera  entre Perú y Bolivia, quienes lincharon a su alcalde Cirilo Robles el pasado lunes. 

La ausencia del Estado en las zonas indígenas alejadas, sumado a la carencia de recursos del gobierno, incubaron la rabia de poblaciones marginadas, coinciden analistas.

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En octubre del 2003 el papel de los aymara bolivianos fue clave para derrocar al presidente Gonzalo Sánchez de Lozada, y su líder Felipe Quispe, llamó ayer a sus “hermanos de Perú” a sublevarse contra la  autoridad “qara” (blanco sin riqueza), en alusión a la rebelión indígena de Ilave y señaló que no descarta que en el futuro formarán una nación integrada por aymara de Bolivia, Perú y Chile. 

Desde hace al menos cinco años se comenta en círculos académicos que los aymara peruanos y bolivianos quieren unirse y es sabido que no reconocen la frontera con Bolivia.