Alrededor de 60 trabajadoras sexuales que laboran en las inmediaciones de la calle Páez, en el centro de la ciudad, ofrecieron cambiar su presentación personal para poder continuar sus actividades en dicha zona.

Karina Bravo, coordinadora del programa de salud preventiva, indicó que usarán ropa más seria, pero sin perder su sensualidad. Agregó que la mayoría de las trabajadoras está dispuesta a cambiar su imagen y conducta.

Mientras, los moradores de ese sector ubicaron a guardias de seguridad para impedir los robos, delito que aseguran tiene relación con la prostitución. Bravo sostuvo que estos son casos aislados de mujeres que defienden a antisociales.