“Mi hermana es la que tiene una blusa igualita a esta, allá”, describe Dayanna para ubicar a Ángela, quien está en la misma aula donde funcionan tres grados: primero, segundo y tercero de básica.

Ángela y Dayanna Vivero son las únicas dos hijas de Ángela que están en la escuela, a pesar de que ella tiene otros cuatro niños en edad escolar.

“El año pasado sí estudiaron todos, este año solo he logrado inscribir a ellas dos”, revela la madre.

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Alexandra (15), la mayor de los hijos de la familia Vivero Martínez, cuenta que el año pasado entró al colegio Monseñor Leonidas Proaño (que también está en la isla Trinitaria) y “aprobé el primer año, ahora tengo que matricularme en segundo curso”.

Pero su madre aún no consigue los 45 dólares que piden de contribución en ese plantel para que Alexandra estudie, incluso “tampoco he podido dar los 12 dólares de la escuela”, comenta.

Ángela espera conseguir el dinero para matricular también a Katerinne (12) y Walter (12) en la escuela y a Alexander (5) en el preescolar.

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Por eso, desde el 5 de abril pasado, que iniciaron las clases, Ángela comenzó a pedirle ayuda al padre de la parroquia vecina, quien el año pasado también colaboró en la educación de sus hijos.

“Este año, el sacerdote me dijo que iba a ver cómo podía ayudarme con la matrícula, pero ya no con los uniformes, porque hay bastantes personas que también quieren su colaboración”, dice Ángela.

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El problema de la mayoría de las familias de la isla Trinitaria es la falta de recursos para comprar uniformes o entregar la aportación de padres por matriculación del año escolar.

En el aula donde la profesora Yolanda Baque da clases a niños de primero y segundo año básico, se observa en las primeras filas a unos cinco niños con ropa de casa, pero cuando ella comienza a pedir las tareas y los chicos se levantan, el número real de alumnos sin uniforme, en zapatillas, con camisas o blusas de un blanco amarillento y ajadas, se evidencia. “Es lamentable, acá a este niño no se le cobró matrícula y este año como el anterior viene solo con un cuadernito”, refiere Baque.

ESCOLARES
ALUMNOS
En el aula donde funcionan tres grados de la escuela Sargento Gabriel Solís hay 103 alumnos, dentro de ese grupo son 12 niños los que asisten con ropa distinta al uniforme.

ESTADÍSTICAS
Según estadísticas proporcionadas por Contrato Social para la Educación, la tasa de matrícula en preprimaria era de 41%; en educación primaria 90%; en educación secundaria 51%; y en educación superior 15% (datos del 2000). 

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RECURSOS
En el 2000, unos 500 mil niños y niñas no se matricularon por razones económicas.