La misteriosa desaparición del líder histórico de los paramilitares, Carlos Castaño, y las denuncias oficiales sobre un complot de esos grupos armados para asesinar al presidente Álvaro Uribe, han puesto en su peor momento el proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Uribe denunció el martes, en un comunicado, las amenazas y advirtió que las negociaciones de paz no podrían continuar con violaciones al cese de hostilidades, negocios de narcotráfico y enfrentamientos entre grupos criminales.

Además, el Mandatario exige que los paramilitares deben  concentrarse en zonas bajo la verificación de la OEA y que los acusados de delitos atroces deberán cumplir penas de prisión de cinco a  diez años, aunque se acojan al plan de paz.

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La congresista Rocío Arias, quien suele presentar las posiciones de los paramilitares en el Parlamento y otros foros dijo que “entre las Autodefensas no ha existido ni existirá intención de atentar contra el Presidente de la República”.

El jefe político del bloque Centauros, Andrés Camilo, afirmó a diario El Tiempo que no está dispuesto a  desmovilizarse en esas condiciones.

El jefe rebelde advirtió que su grupo solo entregará las armas si el gobierno ofrece garantías de seguridad para concentrarse en zonas específicas y se eliminan las penas por crímenes cometidos.

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“O los paramilitares empiezan a cumplir las condiciones o el gobierno no puede sostener el proceso”, opinó el analista y director de la Fundación Seguridad y Democracia, Alfredo Rangel.

Eduardo Pizarro, profesor de la Universidad Nacional, consideró que “se está viviendo un periodo muy peligroso por la posible desintegración de los paramilitares ante la desaparición de Castaño, que derivaría en mayor criminalidad contra la población civil.

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Castaño era de la parte moderada de las AUC. Los sectores más comprometidos con el narcotráfico y con menos formación política se impusieron, dijo Pizarro.

DIVERGENCIAS
CASTAÑO
El proceso de paz con los paramilitares se empantanó tras la desaparición el pasado 16 de abril, del líder histórico de las Autodefensas Unidas de  Colombia, Carlos Castaño.

EXTRADICIÓN
El gobierno ha advertido que la extradición no es tema de negociación y que respetará las solicitudes que hizo EE.UU. contra Castaño y Mancuso por narcotráfico. Los jefes paramilitares han advertido que la extradición es un serio escollo en el diálogo.

NARCOTRÁFICO
El régimen insiste en que las AUC son una organización  terrorista que se financia del narcotráfico. Los paramilitares insisten en negarlo.

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