El escritor portugués José Saramago defendió ayer su novela Ensayo sobre la lucidez, en la que destaca el papel democrático del voto en blanco y criticó la burbuja democrática en la que vivimos, en la cual rige el poder económico.

El Premio Nobel de Literatura 1998 defendió de las críticas su Ensayo  sobre la lucidez, que se publicará a partir de mayo próximo en diversos  países de América Latina, al rechazar las acusaciones de que “pretendió destruir la democracia” y que atribuyó al pánico que genera en muchos el hecho de que “la alternativa que propone es el voto en blanco”.

“El voto en blanco es un voto democrático. Está claro que si el voto en blanco superara el 5% o el 10%, los partidos políticos entrarían en pánico”, sostuvo Saramago, quien calificó de preocupante el hecho de que “en una sociedad donde se habla mucho de democracia, los partidos políticos prefieran la abstención y que la gente se quede en su casa, a que voten en blanco”.

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“Vivimos en una burbuja democrática, un espejismo democrático donde funciona la libertad de prensa, de expresión y de partidos, pero se queda ahí”, opinó.

Militante comunista, Saramago nunca deja de trasladar a sus novelas su ideología y a menudo aborda la relación del hombre con el trabajo tal como la planteaba Carlos Marx en su materialismo dialéctico. Esta vez, en Ensayo sobre la lucidez, el escritor portugués hace una dura crítica al sistema democrático desde una ficción que se centra en unas elecciones municipales en una ciudad sin nombre en las que se impone por más  del 83% de los sufragios el voto en blanco, resultado que provoca un verdadero terremoto político.
 
“La novela no se sitúa en ningún país, pues creo que en todos puede ocurrir”, explicó Saramago, en rueda de prensa, consultado sobre un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre América Latina, según el cual el 44,9% de la población apoyaría un gobierno autoritario siempre que este resolviera los problemas económicos.