Todo esto es el resultado de un funesto proceso: inmediatamente después de los ataques de Nueva York, Estados Unidos invadió Afganistán con el objeto de capturar a Ben Laden; pero me pregunto, ¿se cumplió la meta? La respuesta de nuevo es negativa.

Con el pretexto de capturar a Usama se buscó derrocar a un régimen (los talibanes), al cual Washington lo comenzaba a considerar peligroso para sus objetivos en esta región.

Después como Washington no se quedó quieto, puso sus ojos (de nuevo) sobre un asunto inconcluso, Iraq. Esta vez el objetivo era encontrar supuestas armas de destrucción masiva. De nuevo la pregunta:

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¿Se encontraron tales armas? ¡No!, sin embargo, se derrocó a otro gobierno peligroso que amenazaba el poderío estadounidense.

¿Cuál fue el costo? Miles de inocentes muertos en Madrid, en Iraq, hasta en Palestina (Estados Unidos apoya a Israel), sean estos españoles, latinos, americanos, iraquíes fueron víctimas de la violencia. 

Giovanny M. Correa Cevallos
Guayaquil

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