Un comando armado detonó una bomba bajo un automóvil ubicado frente a un edificio que antiguamente albergaba oficinas de las Naciones Unidas en el barrio de Mazzeh, en Damasco.

En este sector de la capital siria se ubica la residencia del embajador británico, el consulado de Arabia Saudita, las oficinas de la agencia de noticias iraní, ademá de las embajadas iraní y canadiense.

Dos de los asaltantes, un policía y una mujer que estaba en el lugar murieron y otros dos terroristas están gravemente heridos. De inmediato la embajada de EE.UU. anunció que hoy cerraría sus puertas.

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Ayer una grabación de audio, supuestamente de Abdulaziz al Muqrin, dirigente saudita de Al Qaeda, anunció que este grupo lanzará “feroces” atentados contra intereses de EE.UU. este año. En respuesta, el Departamento de Energía de EE.UU. reformará los laboratorios nucleares por temor a ataques informó ayer el diario Los Angeles Times.

En Jordania, la televisión estatal difundió la confesión de Azmi Al-Jayousi, presunto miembro de Al Qaeda, donde afirma que se planearon ataques con explosivos y gas venenoso contra la embajada de EE.UU. y otros objetivos.