La actriz Geraldine Chaplin, que el sábado pasado recibió el Premio Málaga del VII Festival de Cine Español en reconocimiento a su carrera, dijo que tener un apellido como el suyo nunca fue una carga, más bien la ayudó.

“Desde el colegio, cuando me hice amiga de la primera de la clase y le decía que si me dejaba copiar su examen de latín le presentaría a Charlot, me ayudó el apellido”, dijo Geraldine, cuyo padre, agregó, era “el más conocido y querido en el mundo”.

Por eso, cuando comenzó a trabajar en el cine, “me consideraban todos como una sobrina”, añadió la actriz y lamentó no “haber aprovechado más del genio de mi padre”, de quien destacó su capacidad de trabajo y el hecho de que nunca se cambió de chaqueta, lo cual le obligó a salir de Estados Unidos.

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Geraldine expresó que le debe casi todo al cine español, pues desde que rodó a las órdenes de Carlos Saura, con quien mantuvo una relación de la que nació su hijo Shane, “se me abrieron las puertas de directores que no me habrían llamado”.