Los médicos volvieron a quitarle ayer el respirador al ex astro del fútbol argentino, Diego Maradona, que ahora debe probar si su dañado corazón soporta esta nueva situación, según especialistas. “Está con oxígeno-terapia, pero en las últimas horas no ha sido necesario usar asistencia respiratoria mecánica”, indicó un parte médico.

Consultado sobre el contenido del parte, Horacio Benzaquen, jefe del servicio de Otorrinolaringología del hospital Bernardo Houssay, de la localidad bonaerense de Vicente López, llamó la atención en que el estado de Maradona sigue siendo reservado. “Eso significa que el paciente corre riesgo de muerte o le pueden quedar secuelas”, advirtió el profesional y afirmó que “es un estado delicado”.

El nuevo informe del equipo de la clínica Suizo-Argentina donde hace una semana fue internado el ex capitán de la selección, agrega que “el cuadro general está estabilizado, sin fiebre y con buena función cardiaca bajo medicación” y que “sigue internado en la unidad de cuidados críticos”.

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El viernes, los médicos intentaron sacarle la asistencia mecánica, pero como tenía un déficit cardiaco importante y estaba recibiendo sedantes, “lo que disminuye el movimiento ventilatorio, no pudo respirar por sus propios medios y tuvo que ser intubado nuevamente”, dijo Benzquen.

Ante la falta de respuesta, tuvieron que volver a colocarle el “tubo endotraquial”, un conducto elástico que se pone en la boca, pasa por la laringe y llega hasta la tráquea. Con ese tubo –por donde entra oxígeno y sale anhídrido carbónico– el aire pasa más rápido evitándose con eso “el espacio muerto que existe entre la nariz y el pulmón”.

Después del intento infructuoso del viernes pasado, los médicos volvieron a sacarle el respirador ayer en la mañana. Los médicos esperan que “poco a poco el organismo se vaya recuperando, que el corazón se recomponga, para que funcione automáticamente y se logre ventilación sin necesidad de asistencia mecánica”, indicó Benzaquen.

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Los médicos no aconsejan la utilización del tubo endotraquial más de doce días, por “temor a los cúmulos que obstruyen la ventilación”, señaló. Si no se le puede quitar el respirador en ese lapso, será necesario hacerle la “traqueotomía”, operación que implica la realización de un agujero en la tráquea desde donde lo ventilan directamente.

Tres médicos cubanos que lo están tratando en La Habana por su adicción a las drogas arribaron el sábado a Buenos Aires, con la intención de colaborar con el equipo médico local e intentarían llevarlo a Cuba en cuanto esté en condiciones, según la prensa.