No pierde su buen humor. Ágil y ocurrido, así se lo puede describir a José Vicente Loco Balseca Bahamonde, de 70 años, quien llegó a Nueva York hace 34 años y acude a las canchas del parque Flushing a observar los partidos y a respaldar a la selección ecuatoriana Sub 13 de Diario EL UNIVERSO.

Con nostalgia cuenta que se inició en Emelec en octubre de 1951 y se retiró del fútbol en 1965. Empezó como centro foward, pero luego pasó a ser puntero derecho. Él asegura que en ambas posiciones se sentía bien. Durante los 14 años de profesionalismo fue siete veces seleccionado del Ecuador, jugó cuatro eliminatorias y Copa Libertadores de América. “Siempre como titular”, dice.

Balseca reforzó a Barcelona de 1952 a 1958 en Copa Libertadores, partidos internacionales e interprovinciales. El fútbol le dio la oportunidad de jugar afuera y la posibilidad de brindarle una mejor estabilidad a su familia, formada por su esposa Luz Balseca y sus hijos José, Lucy, Tanya y Sandy Balseca.

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Después de su retiro, en 1968, viajó a Miami, Estados Unidos, cuando los dirigentes del equipo europeo, Elenin Falcon (semiprofesional), se interesaron en sus servicios. En 1969, le dieron la sorpresa de llevar a su esposa e hijos y por eso decidió radicarse allí. Recuerda que en 28 partidos anotó 32 goles, su sueldo era de $ 100 por juego.

Hoy todos sus hijos son profesionales, él es jubilado y subsiste con $ 900 mensuales que recibe del estado norteamericano. Pero juega poco al fútbol. Y siempre viaja a Ecuador. “Tengo una vida suave y tranquila. Ya no puedo jugar como antes, pero me muevo de vez en cuando, en especial cuando voy a Playas, donde tengo una casita”, dice la ex gloria del fútbol ecuatoriano que tuvo como compañero a Carlos Raffo y Honorato Gonzabay, entre otros, a quienes recuerda con cariño cuando habla de Ecuador.

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