La Casa Blanca anunció ayer que podría permitir que algunos presuntos partidarios del derrocado Saddam Hussein integren un gobierno interino iraquí, en momentos en que persiste la violencia en el país.

Hasta la fecha, la coalición liderada por Estados Unidos en Iraq había impedido que miembros del ilegalizado Partido Baath tomaran parte en el gobierno iraquí por temor de que permanecieran leales a Hussein.

La violencia continuó ayer en Iraq cuando un hombre armado mató a un guardia de seguridad sudafricano en un supermercado de Bagdad tras acusarlo de ser judío, mostrando los riesgos que enfrentan los extranjeros.

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En Faluja, al oeste de Bagdad, se mantenía el cese al fuego, mientras que en la ciudad sureña de Basora, de mayoría chiita, varias familias lloraban a sus muertos después de ataques suicidas que mataron a 73 personas, entre ellas 17 niños que fueron incinerados en los microbuses que los llevaban a la escuela.

Dos empleados suizos de una organización no gubernamental fueron liberados en el sur de Iraq.