El dueño del esmoquin, Samuel Rodríguez Romero, decidió subastar el traje de gala que le regaló Cantinflas en 1982 para que lo vendiera  cuando necesitara dinero.

Durante los 20 días de la venta, el traje del actor recibió ofertas de 101 potenciales compradores con cifras que no rebasaron los 100.000 pesos (900 dólares), en los últimos minutos de puja se logró llegar hasta 2.200.