Además, un centenar de bebés entre 3 y 5 meses de edad sufren todavía las consecuencias de la malnutrición originada por tomar leches baratas y adulteradas fabricadas en Pekín, Mongolia Interior y Heilongjiang, al noreste del país.

Según informó ayer el periódico China Daily, todavía se siguen vendiendo en algunas zonas rurales dichos productos falsificados que originan, en general, el adelgazamiento de los bebés con el aumento del volumen de su cabeza.

Las estadísticas del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de la ciudad de Fuyang revelaron que el 97% de las leches no autorizadas que se han detectado no alcanzan el contenido mínimo obligatorio de 10% en proteínas, “por lo que los bebés se alimentan con algo muy parecido al agua”, señaló Zhang Fangjun, médico del hospital Renmin.

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