“Estoy ‘muerto’, porque le di mi vida a Guillermo y me equivoqué. Se quedó con mucha plata mía y no lo voy a permitir. El que tiene este dinero lo deberá devolver a mis gordas (sus hijas, Dalma y Gianina). Le di un poder a alguien que creía amigo y falló”, dijo Diego el pasado 23 de marzo.

El Pelusa llegó a Argentina para ponerse al corriente de las demandas contra Cóppola, quien intentó visitarlo, pero la familia lo rechazó.

Amigos inseparables, Cóppola acompañaba a Maradona a sol y a sombra. Pero la estrecha relación con este se cortó cuando Diego, alertado por su ex esposa Claudia Villafañe, denunció que su amigo lo había estafado con los ingresos del partido que en el 2001 se le realizó en su homenaje.

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En sus comienzos, Maradona contó con la colaboración de Jorge Cyterszpiller, un amigo que conoció cuando el astro aún competía en las juveniles de Argentinos Juniors. La relación amistosa devino en profesional en 1980, con la creación de una empresa dedicada a la explotación de la imagen del astro y Cyterszpiller manejó  las vinculaciones de Maradona con el Boca Juniors argentino y con el club español FC Barcelona.

Sin embargo, las cosas cambiaron hacia 1984, porque según reconoció Maradona en su autobiografía, “a Cyterszpiller le había ido tan mal con los números que estábamos en cero, quebrados, con deudas”.

En octubre de 1985, Maradona acordó el cambio de apoderado y comenzó a trabajar por primera vez con Cóppola. En esa primera etapa, el empresario no dudó en asumir rápidamente el control de la economía que generaban los movimientos de Maradona.

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De la mano de él, Diego explotó al máximo su imagen comercial y realizó promociones, con múltiples apariciones en programas televisivos de Italia, ropa deportiva, publicidades y útiles escolares.

Pero los vaivenes personales del futbolista argentino derivaron en un corte de la relación en octubre de 1990, y Cóppola le cedió el lugar a Juan Marcos Franchi.

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En enero de 1995, Maradona retomó el vínculo con Cóppola hasta que la relación se cortó en marzo pasado. En estas últimas semanas, los intereses de Diego los llevaba  el uruguayo Oldemar Barreiro, quien reveló que el ex astro tiene solo $ 200.000 en el banco y un patrimonio de $ 7 millones entre propiedades y contratos vigentes.