En el segundo día de una visita secreta a Beijing, el  número uno norcoreano Kim Jong Il insistió en que Estados Unidos ofrezca  compensaciones a Pyongyang como condición previa a toda suspensión de su  programa nuclear. 
 
Kim, que se reunió este martes con el jefe de las fuerzas armadas chinas y  ex jefe de Estado Jiang Zemin, reiteró su voluntad de una salida pacífica a la  crisis nuclear y su exigencia de que Washington entregue compensaciones  económicas, según la agencia surcoreana Yonhap citando fuentes diplomáticas en  Seúl. 
 
Kim Jong Il también señaló a Jiang su inquietud acerca de las garantías de  seguridad prometidas a su país por Estados Unidos si Pyongyang abandona  realmente su programa nuclear, según el cotidiano surcoreano Chosun Ilbo. 
 
Jiang Zemin habría pedido al dirigente norcoreano que flexibilice su  posición frente a Estados Unidos, destacando que era poco probable que  Washington ataque a Corea del Norte, cuyo más importante apoyo sigue siendo  China. 
 
La visita de Kim, que llegó en tren el lunes a la capital china, sigue  estando rodeada del mayor secreto, incluso si China la reconoció implícitamente  después de haber informado de ella a Estados Unidos. 
 
En respuesta a un periodista que le pedía confirmación sobre la presencia  en Beijing de Kim Jong Il, el portavoz del ministerio chino de Relaciones  Exteriores, Kong Quan, declaró el martes no tener "ninguna información  autorizada para confirmar (sus afirmaciones), ni el menor detalle sobre la  visita". 
 
El desplazamiento al extranjero de Kim Jong Il tampoco fue anunciado en  Corea del Norte, donde los diarios titularon el martes sobre un regalo que  ofreció al líder norcoreano una delegación egipcia, según la agencia oficial  KCNA. 
 
La visita de Kim a Beijing se produce una semana después de la del  vicepresidente estadounidense Dick Cheney. 
 
Este último advirtió contra una proliferación de armas nucleares a partir  de Corea del Norte hacia grupos terroristas como Al Qaeda y contra una carrera  armamentista en Asia si Pyongyang no renuncia a sus ambiciones nucleares. 
 
Corea del Norte respondió calificando a Cheney de "enfermo mental  impregnado de hositilidad" en su contra. 
 
Luego del anuncio hecho por Corea del Norte en octubre de 2002 de la  reanudación de su programa nuclear, dos rondas de conversaciones en las que  participaron las dos Coreas, Japón, Rusia, Estados Unidos y China se llevaron a  cabo en Beijing en agosto y febrero pasados para encontrar una salida a esta  crisis, sin conseguirlo. 
 
A pesar de las dificultades para organizar los grupos de trabajo tal como  se decidió en febrero, China manifestó su confianza en la posibilidad de poder  celebrar una tercera ronda de conversaciones a fines de junio próximo. 
 
Según la agencia Yonhap, Kim Jong Il conversó también con el primer  ministro chino Wen Jiabao sobre la manera de reforzar las relaciones económicas  entre los dos países.