Los generales que forman parte del alto mando militar cumplieron ayer, por separado, actividades privadas. El comandante del Ejército, general Luis Aguas, acudió al Círculo Militar para ejercitarse físicamente y, en la tarde, dedicó su tiempo a asuntos familiares.

El jefe del Comando Conjunto de las FF.AA., general Octavio Romero, no efectuó ninguna actividad relacionada con su mando, sostuvo –entre tanto– el teniente coronel Vicente Cisneros, jefe del Departamento de Comunicación Social de esa instancia militar. 

El lunes pasado, el presidente de la República, coronel Lucio Gutiérrez, se reunió con el alto mando militar para analizar la actual coyuntura. El martes lo hizo con un grupo de 500 militares para ofrecerles un incremento salarial, oferta que se extendió a la institución policial.

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Tres días después, el coronel (r) Jorge Brito, que participó en la asonada militar e indígena del 21 de enero del 2000, advirtió de una supuesta insubordinación en el Grupo de Fuerzas Especiales Nº 26, en Quevedo, Los Ríos.

El sábado pasado, Brito explicó que su declaración tiene sustento en “fuentes de personal de tropa”, quienes solicitaron una reunión con su comandante, el teniente coronel Cayetano Saltos, para expresarle las inquietudes sobre su situación económica.

Brito explicó que “una insubordinación o un acto de indisciplina colectivo tiene diferentes connotaciones; en este caso, no implica que haya habido toma de las instalaciones con armas o que hayan desautorizado a sus superiores”. Pero “se dio una manifestación de carácter colectivo y eso en el ámbito disciplinario no está permitido”, dijo Brito.