Con la presencia del Sr. cardenal Antonio González y del Sr. nuncio apostólico Alain Paul Lebeaupin, el miércoles 14 de este mes, a las 11h00, con solemnidad y nutrida concurrencia de obispos del Ecuador, sacerdotes, religiosas, seminaristas del Seminario San Pedro, y numerosos fieles, se celebró una misa, cuyo presidente fue Mons. Dr. José Mario Ruiz Navas, primer arzobispo de Portoviejo, quien cumple, el día de hoy 17, cincuenta años de vida sacerdotal en los que el Buen Pastor le ha confiado en los distintos servicios pastorales.

En el inicio de aquella Eucaristía me imaginaba mirar al niño José Mario llegando al cuatricentenario Seminario Menor de San Luis, en Quito, aquel primer miércoles de octubre de 1942, cuando acompañado de sus virtuosos padres, se presentaba ante el rector P. Andrés Farget, y ante el vicerrector, P. Juan Gustavo Chacón, sacerdotes lazaristas que regentaban dicho Seminario. Una de sus alegrías constituía unirse a sus condiscípulos coterráneos que cursaban en años superiores.

Monseñor Ruiz Navas es hijo de don Rosalino y de doña Alegría que formaron una familia “que manifestó y manifiesta hasta ahora el amor mutuo en el respeto a la libertad de cada hermano, para actuar de acuerdo a su identidad y misión”. Entre sus hermanos hubo una religiosa que le acompañó durante su vida episcopal hasta que el Señor la llamó para que reciba en el cielo la corona de las vírgenes.

Monseñor Ruiz nació en Pujilí, provincia de Cotopaxi, el 20 de julio de 1930; ordenado sacerdote el 17 de abril de 1954.

Con mucho afecto y gratitud considera su segundo padre al Sr. cardenal Dr. Carlos María de la Torre y Nieto, décimo arzobispo de Quito, quien lo envió a Roma para estudiar en el Pontificio Colegio Pío Latino Americano y en la Pontificia Universidad Gregoriana, obteniendo Licenciatura en Derecho Canónico y Doctorado en Sociología. Al respecto manifestaba en su homilía: “La formación en Roma es un don no solo por lo académico, sino sobre todo, por la cercanía al Papa, y por la Universidad que a él va unida”.

En 1968 el Santo Padre lo nombró Obispo de Latacunga y desde 1989 es Obispo de Portoviejo; y cuando Su Santidad elevó esta diócesis al rango de Arquidiócesis  Metropolitana lo nombró su primer Arzobispo, esto es, desde el 25 de febrero de 1994. Después de ejercer el ministerio parroquial en Chugchilán, por sugerencia del cardenal De la Torre, y con la supervisión del entonces obispo de Ambato, Dr. Bernardino Echeverría, le dieron la tarea de organizar el Secretariado General de la naciente Conferencia Episcopal Ecuatoriana. Fue también asesor nacional del Movimiento Familiar Cristiano, visitando como tal y por primera vez a Manabí.

Antes de la liturgia eucarística, se presentó el conjunto de danzantes con sus atuendos en homenaje a su ilustre coterráneo de Pujilí. Se presentaron también delegaciones de las autoridades civiles de dicha cabecera cantonal, de Latacunga, de Portoviejo con su Alcalde y Prefecto, y la Srta. Patricia Pogi le condecoró a nombre del H. Congreso Nacional. Entre los respetables invitados estuvo el Gral. (r) Guillermo Rodríguez Lara, ilustre coterráneo de Pujilí. Y como especial corona los cinco obispos ordenados por él, le entregaron un precioso recuerdo, que son los siguientes: Néstor Herrera, Víctor Corral, Wilson Moncayo, Francisco Vera y Lorenzo Voltolini. Al final impartió la bendición apostólica. Esto lo estoy escribiendo.