Después del apoyo del presidente estadounidense,  George W. Bush, a su “plan de separación” de los palestinos, el primer ministro israelí, Ariel Sharón, inició ayer una campaña para convencer a su partido, el Likud, de que apruebe su proyecto.

Según los sondeos, el apoyo de la opinión pública con que contaba Sharón antes de su viaje a Washington  aumentó a su regreso, luego de que Bush dio su visto bueno a su plan de separación descartando  un posible regreso de los refugiados palestinos a Israel y la posibilidad de rectificar las fronteras en beneficio de Israel y de mantener  colonias judías en Cisjordania.

Protestas
Miles de encolerizados palestinos quemaron ayer retratos de Bush, Sharón y del primer ministro británico, Tony Blair, en la localidad de Beit Lahya (norte de Gaza) y en el campo de refugiados cercano de Jabaliya, durante una manifestación en la que coreaban consignas de “Muerte a Estados Unidos e Israel”. “Abajo Bush y Sharón”. La movilización la convocó el grupo radical palestino Yihad  Islámica.

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En Cisjordania, el Ejército israelí mató ayer a un palestino de 17 años durante una protesta contra el muro de separación que construyó Israel.

Varios países europeos reafirmaron ayer la necesidad de una solución negociada en Medio Oriente, y rechazaron el unilateralismo defendido por Israel y aprobado por Estados  Unidos.

El presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que todo cambio unilateral de frontera entre israelíes y palestinos sería un “antecedente  peligroso”.

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