El ruido de las sirenas, humo y llamas forman partes de la vida de los bomberos voluntarios, quienes deben alternar sus actividades diarias con esta arriesgada labor que necesita, además, de constante esfuerzo y preparación.

Sin embargo, ser bombero no significa solamente apagar grandes incendios sino saber actuar frente a un derrame de materiales tóxicos, rescate sobre estructuras colapsadas o dar primeros auxilios.

Preparación
Actualmente, el Cuerpo de Bomberos de Guayaquil tiene 700 voluntarios, 41 comandantes de compañía y 70 oficiales en las diferentes ramas. Pero pertenecer a esta institución  requiere de un proceso de aprendizaje.

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El mayor Agustín Rendón, subdirector de la Academia Coronel Gabriel Gómez Sánchez, asegura que un nuevo bombero tiene que pasar por una semana de ambientación, en la que aprende todo lo que tiene que ver con esta profesión, los equipos, la historia y el reglamento interno. Ahí, decide si es su vocación.

Posteriormente entra a un curso de entrenamiento que dura un mes (cuatro horas diarias). También recibe explicaciones sobre usos de equipos personales, unidades de combate y de abastecimientos, materiales de rescate, primeros auxilios, ambulancias. “El objetivo es que sepan las herramientas básicas para iniciar esta profesión”, dijo Rendón.

Desde que los voluntarios entran a la institución, afirma,   están en capacidad para hacer guardias e ir en las unidades al sitio de emergencia, pero no podrán ingresar a un incendio hasta que tengan suficiente preparación, además, de todo el equipo personal que va desde una radio portátil, casco, monja (protector para el calor), chaquetón y pantalón contra incendios, botas y los guantes especiales. El gasto total es de 1.500 dólares.

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Actualmente, durante las noches, hay 24 voluntarios que reciben capacitación sobre reacciones ante materiales peligrosos. Wilfrido Rosales, bombero, indica que las clases son interactivas y utilizan un manual de participantes. Ahí ellos aprenden a enfrentarse en una emergencia relacionada con derrames tóxicos.

A fines de abril inician los cursos de ingreso para bomberos voluntarios. Requisitos: 18 años, cédula de identidad, récord policial y libreta militar. Luego acercarse a la academia (km 4½ de la vía a la Costa). El método de enseñanza fue implantado por la Oficina de Desastres Americana.