¿Por qué quieren seguir en su afán de distraer los fondos de los afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social para que sean abusivamente destinados a otras “obras”?

Olvidan, o mejor dicho desconocen, que los aportes de los afiliados son sagrados y no deben ser dirigidos hacia ciertas inversiones.

El Presidente de la República está obligado a respetar este patrimonio y a no dejar que lo tomen para financiar la liquidez del Estado, como se lo hizo tan pronto como asumió el poder.

Publicidad

¿No le parece al Mandatario que si los afiliados por tantos años pagan obligatoriamente, y si los voluntarios hacen con sacrificio sus aportes, tienen derecho no solo a recibir prestaciones justas sino que cuando se acojan a la jubilación reciban pensiones dignas, y no como ocurre en estos momentos que muchos de ellos sobreviven como mendigos?

El Seguro Social, durante toda su existencia, ha sido convertido en botín político de gobernantes. Ellos olvidan que como un mandato constitucional, la seguridad social es un deber del Estado y un derecho irrenunciable de todos los habitantes.

Lcda. Inés Salvador Guillén
Quito