Entre los dos portones de metal que la Fundación Siglo XXI construyó para garantizar la seguridad en la zona hay quince casas. Las puertas son el cerramiento del complejo La Playita del Guasmo, de  15 mil metros cuadrados de extensión.

Blanca Quinde vive en una de las viviendas. Ella tiene un bazar por surtir y los guardianes no la dejan avanzar con la camioneta hasta el pie de su negocio. “Tuve que rogarles  para que me dejaran ingresar, al menos deben dejar entrar a los tricicleros. Ellos nos  ayudan a cargar los productos”, dice. La basura también es otro inconveniente. “Tenemos que llevarla hasta afuera porque el recolector no entra al malecón. Antes no pasaba esto”, acota. Alejandro  Figueroa es otro de ellos. Él no ha tenido problemas para ingresar, pero todavía no sabe el lugar donde debe colocar su canoa.

 

Publicidad

 

 

 

Publicidad