La mala organización de la comunidad de inteligencia estadounidense impidió el flujo de información que pudo haber advertido sobre los atentados, determinó la comisión independiente que investiga los hechos ocurridos el 11 de septiembre del 2001.

Estados Unidos estaba bien preparado para la guerra convencional, pero antes del 11-S no tenía mecanismos implementados contra un ataque terrorista sorpresivo, dijo ayer la comisión.

El informe agrega que las autoridades estadounidenses sabían que la red terrorista Al Qaeda estaba interesada en secuestrar aviones, pero nunca la analizaron a fondo para defenderse, porque se subestimó ampliamente la amenaza que suponía en los meses anteriores a los atentados.

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También detalla que el país había desarrollado defensas contra ataques militares sorpresivos después del de Pearl Harbor, en 1941, pero nunca lo aplicó a potenciales amenazas terroristas.

“Con la importante excepción de ataques con armas químicas, biológicas, radiológicas o nucleares, los métodos desarrollados durante décadas para advertir de ataques sorpresivos no fueron aplicados al problema de advertir contra ataques terroristas”, indicó el documento.

Resalta que la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Oficina Federal de Investigación (FBI) y otras agencias  estadounidenses, tenían funciones repartidas pero sin supervisión.

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El documento fue divulgado en el segundo día de audiencias de la comisión  para determinar si los funcionarios de inteligencia hicieron todo lo posible  para evitar los atentados contra el Pentágono y las Torres Gemelas en Nueva  York, que dejaron unos 3.000 muertos.

El director de la CIA, George Tenet, el primer testigo de ayer,  tenía la supervisión nominal de la “comunidad de agencias poco asociadas” entre  sí, las que “carecieron de incentivos para cooperar, colaborar y compartir  información”, concluyó el informe de la comisión.