La comisión independiente que investiga los hechos previos a los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EE.UU., dijo ayer que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) no impulsó una estrategia preventiva efectiva contra el terrorismo, en los años anteriores a esa fecha.

En su informe preliminar, la Comisión sobre los Atentados Terroristas contra EE.UU. señala que quienes trabajaban en el frente antiterrorista tenían una limitada capacidad para recoger y procesar información de inteligencia.

Detalla que el fiscal general, John Ashcroft, negó una solicitud de fondos adicionales para el FBI un día antes que Al Qaeda lanzara su ataque contra EE.UU. Ashcroft fue criticado por poner énfasis en la lucha contra las drogas y la inmigración ilegal, a expensas de la labor de inteligencia en el área de seguridad.

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El fiscal se defendió al afirmar que Al Qaeda fue capaz de atacar el 11 de septiembre del 2001 porque el gobierno demócrata de Bill Clinton “permaneció ciego ante sus enemigos” por una década.

Agregó que Clinton no tenía un plan para matar clandestinamente a Usama Ben Laden antes que el presidente George W. Bush asumiera en enero del 2001.

Su declaración contradice las que realizaron altos responsables de la administración Clinton, que afirmaron ante la misma comisión, que el ex presidente había dado la orden de matar a Ben Laden.

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Las audiencias se realizan en medio de presiones sobre Bush para que informe sobre los esfuerzos de su administración contra la amenaza terrorista. El presidente aseguró anoche que esperaba “con impaciencia” las conclusiones de la  comisión.

Richard Clarke, ex asesor de la Casa Blanca, acusó a Bush de no prestar atención a la amenaza de la red liderada por Usama luego de asumir funciones en enero del 2001.

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El mandatario y su consejera en Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, han insistido en que la información recogida no indicaba tiempo ni lugar de los ataques.