La policía retomó sorpresiva y pacíficamente el control de una importante cárcel capitalina que se mantenía desde hace 10 días bajo el control de sus presos amotinados, se confirmó este miércoles oficialmente. 
 
Podemos decir que todo está bajo control, sin ninguna novedad, la incursión se hizo en términos muy pacíficos, no fue necesario el empleo de fuerza, afirmó en rueda de prensa el general Rodrigo Hinojosa, jefe de operaciones de la policía. 
 
Precisó que 300 efectivos policiales, entre ellos miembros de grupos especializados, ingresaron al edificio de la Cárcel 3, en el centro de Quito. 
 
Los presos mantenían el control de esa cárcel desde el 4 de abril, cuando iniciaron un motín, favorecido además por un paro de guardias carcelarios, que lleva cuatro semanas. 
 
La entrada de la policía tomó por sorpresa a los detenidos, que habían advertido que no deseaban la entrada de los agentes, sino que preferían la presencia de los guardias carcelarios. 
 
El ministro de Gobierno, Raúl Baca, también dijo que la policía no ingresaría para evitar un posible baño de sangre, pero la inseguridad en todo el sector se incrementó debido a la fuga de al menos seis detenidos el martes. 
 
El director de esa cárcel, Méntor Poveda, informó del escape, aunque admitió que   no se puede constatar qué internos se han fugado, mientras cientos de policías registraron las casas adyacentes a la prisión en busca de indicios de los evadidos, sin éxito. 
 
Hinojosa explicó que ahora que se ha retomado el control, se podrá determinar cuántos internos se evadieron. 
 
Los internos permanecían en el techo de la cárcel, algunos de ellos armados con cuchillos, pero ingresaron al vetusto edificio cuando los efectivos policiales entraron al presidio, ubicado en medio de un populoso barrio del centro colonial. 
 
La policía continuaba investigando el sistema de alcantarillado, por donde se descubrió escaparon los prisioneros y se detuvo a tres de ellos. 
 
Los moradores de las viviendas del lugar aseguraron a periodistas no haber visto ni oído nada. 
 
Buzos policiales recorrieron las cloacas y encontraron tres túneles que salían del penal y daban a ese sistema de desague, uno de ellos de 20 metros de largo, y que fueron tapados. 
 
Encontramos túneles iluminados con bombillas eléctricas y otros preparados para ser utilizados, dijo Ernesto Caicedo, buzo del Grupo de Operaciones Especiales, de la policía. 
 
Los presos estaban amotinados demandando la reducción de sus condenas, y soluciones de parte del gobierno al hacinamiento dentro de las vetustas cárceles del país.