Tres escritores ecuatorianos    hablaron con EL UNIVERSO acerca de los errores cometidos en la traducción al inglés de la última publicación de la Obra poética completa de Jorge Carrera Andrade,  realizada el año anterior en un esfuerzo conjunto de  la Casa de la Cultura Ecuatoriana,  la Presidencia de la República y el Ministerio de Relaciones Exteriores. Las fallas de esta publicación, dividida en tres tomos y cuyo editor fue  el escritor Edwin Madrid, las detectó el catedrático en el área de literatura Álvaro Alemán Salvador,  quien publicó una nota al respecto en este Diario,  el pasado viernes.

El escritor quiteño Javier Vásconez declaró que se suma a la “indignación general”.  Agregó: “Estoy totalmente de acuerdo con la opinión de Álvaro Alemán y Carmen Burneo acerca de la traducción”.  Asimismo indicó que hace unos meses el editor de esta publicación, Edwin Madrid,  le solicitó algunos ejemplares de la obra de este poeta quiteño, publicados bajo su dirección por Ediciones Acuario. Dijo que al examinar esta  edición  que incluye  la traducción al inglés  “hubiera preferido no conseguirle los libros”.
 
El poeta  Carlos Eduardo Jaramillo señaló que  aunque considera que no puede emitir un juicio totalmente válido porque no domina el idioma inglés,  “las traducciones siempre son difíciles, es inevitable que se escapen errores”.  También comentó:   “No creo que un traductor de poesía pueda cometer errores burdos como cambiar silicio (sic)  por silicón;  quizás sean errores de interpretación o de digitación,  que, por supuesto,  debieron haberse evitado”.

Marcelo Báez Meza, poeta y catedrático guayaquileño,  señaló que “es loable que exista una edición completa que testimonie la escritura de uno de los más grandes poetas del Ecuador.  Lo que no es loable es que la traducción se aleje del original como ya se lo ha demostrado en este mismo espacio”.

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Báez dijo,  además,  que “si la traducción contradice la esencia del texto original,  como es este el caso, estamos ante un asesinato estético”. Añadió: “El único trabajo que he leído del mentado traductor de la obra  (Carlos Reyes)  es Puertas abiertas, de Edwin Madrid,  pero hay que tomar en cuenta que el poeta traducido (pese a su valor indudable) no tiene la riqueza expresiva de Carrera,  lo que  nos lleva a lo siguiente:  el traductor debe, primero, dominar a la perfección las dos lenguas y, segundo,  debe ser un poeta de oficio;  sin este último requisito,  sobre todo, las puertas están cerradas”.
 
LEA MAÑANA LAS VERSIONES EMITIDAS POR EL EDITOR DE LA OBRA, EDWIN MADRID, Y DEL TRADUCTOR,  CARLOS REYES.