Para la creación de un sistema de reducción de condenas (como el denominado 2x1, que solicitan los reos que actualmente han paralizado las 34 cárceles del país) es necesario la implementación de un sistema de rehabilitación social eficaz, según el criterio de cuatro expertos consultados ayer.

La diputada María Augusta Rivas (PRE), presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, señaló que el proyecto “es realizable si hay voluntad política”, pero la reducción debe servir como un estímulo para que los reos busquen rehabilitarse.

“Un reo que consume droga, por ejemplo, puede hacerse acreedor a una rebaja si demuestra que está en tratamiento, por medio de controles”, acotó Rivas.

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Gustavo Von Buchwald, presidente de la Corte Superior de Justicia de Guayaquil, señaló que es necesario, además, una observación a la conducta y los méritos del recluso para obtener su libertad.

Von Buchwald criticó que la última ocasión que funcionó el sistema de 2x1, “el Consejo de Rehabilitación le otorgaba la rebaja a todo el mundo, incluso a quienes habían matado dentro de la cárcel”.

Hugo Quintana, presidente de la Corte Suprema de Justicia, consideró además que se deberían buscar mecanismos sustitutivos a la pena.

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“Si el recluso realiza labores y demuestra su aptitud, ¿por qué no puede ser reinsertado?”, preguntó Quintana. “Pero esa aptitud tiene que ser revisada por gente capacitada y no cualquiera que se podría prestar a sobornos”, agregó.

El constitucionalista Luis Arzube indicó que para poder administrar una reducción de condenas  “se debe disponer de datos sobre la conducta de cada recluso y realizar un seguimiento a esas conductas”.