Un frágil cese al fuego entre rebeldes sunitas e infantes de marina norteamericanos continuaba en la sitiada ciudad de Faluja, dónde los iraquíes indicaron que más de 600 iraquíes, entre ellos civiles, civiles murieron en la pasada semana. Cerca de Bagdad, elementos armados derribaron un helicóptero de ataque estadounidense, matando a dos de sus tripulantes. 
 
El ejército estadounidense manifestó el domingo que estaba abierto a la posibilidad de llegar a una solución negociada a su enfrentamiento con un religioso radical chiíta en el sur. 
 
Sin embargo, los soldados estadounidenses han realizado maniobras, con sus autoridades advirtiendo que lanzarán un ataque con todo su poderío en contra de Faluja si las conversaciones entre políticos que colaboran con Washington y los gobernadores locales, que se encuentran en desarrollo el lunes, terminan en el fracaso. 
 
El presidente estadounidense George W. Bush advirtió a los estadounidenses sobre la posibilidad de que haya más muertes en Irak, luego de que fueron ultimados 62 soldados desde el 4 de abril, entre ellos tres infantes de marina asesinados el domingo. 
 
La pasada fue una semana difícil, dijo Bush. 
 
Por su parte, el principal comandante estadounidense en Iraq, el teniente general Ricardo Sánchez, dijo que un batallón del ejército de Iraq se negó a participar en el ataque contras Faluja lo cual señala el creciente descontento entre los iraquíes respecto al sitio. 
 
Cuando se le preguntó sobre la actitud de los militares iraquíes, indicó que ello   señala algunos retos en algunas de las estructuras de las fuerzas de seguridad de Iraq... "Sabemos que va a tomar tiempo el que dispongamos de fuerzas confiables que puedan asumir sus responsabilidades". 
 
La mayor parte de los iraquíes muertos en Faluja, en los combates iniciados el lunes, eran mujeres, niños y ancianos, dijo el director de un hospital local, Rafie al-Issawi, a The Associated Press. Un infante de marina dijo, sin embargo, que ello no sería cierto y que los muertos en su mayoría serían rebeldes. 
 
Los pobladores de Faluja tomaron ventaja del alto en los combates para sepultar a sus muertos en dos campos de fútbol. Uno de ellos tenía filas de tumbas recién hechas, con indicaciones de que serían de niños o mujeres. 
 
La violencia en Faluja se difundió a la cercana entrada occidental de Bagdad, donde elementos armados derribaron un helicóptero de ataque estadounidense AH-64 Apache. Mientras un equipo era enviado a recoger los cadáveres de dos tripulantes, tanques y soldados avanzaron por la principal carretera ante la capital iraquí, con la finalidad de aplastar a los rebeldes. 
 
Los elementos armados se han mantenido presentes en el distrito de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad, durante tres días, atacando convoyes de combustible, matando a un soldado norteamericano y dos civiles estadounidense, capturando a otro. 
 
Los captores de Thomas Hamill, contratista civil estadounidense en Iraq, amenazaron con matarlo y quemarlo a menos que los norteamericanos detengan su ataque contra Faluyá, al occidente de Bagdad, para las 6.00 del domingo. Ello no ocurrió y se desconoce el destino de Hamill. 
 
La estación de televisión panarábica Al-Arabiya informó que elementos rebeldes tomaron a siete chinos como cautivos en el poblado de Faluja la tarde del domingo, citando fuentes diplomáticas chinas. 
 
Posteriormente, la agencia oficial de noticias Xinhua emitió un breve comunicado de un diplomático chino en Bagdad, el cual indica que   siete chinos fueron secuestrados por hombres armados en el centro de Iraq. 
 
Los rebeldes, sin embargo, han empezado a liberar a algunas de las personas que secuestraron esta semana. Un británico fue liberado y algunos grupos dijeron que liberarían a ocho personas de diversas nacionalidades. 
 
Otro grupo que secuestro a dos hombres y una mujer de Japón dijeron el sábado que liberarían a sus cautivos en un plazo de 24 horas, pero para la mañana del lunes no se había verificado ello, con el gobierno de Japón expresando su preocupación por ellos.