Es una de las artistas que representan al Ecuador en la cita de arte que se inaugura mañana.

Ultimo aliento se titula la instalación con la que la artista cuencana Juana Córdova Pozo, ganadora del  Salón Nacional de Arte, del pasado noviembre, participa en la VIII Bienal Internacional de Pintura de Cuenca.

Su obra, señala, es autorreferencial, como las que ha realizado durante el último año y medio. Manifiesta que el tema de la muerte siempre le ha llamado la atención, al igual que otros como la relación de las personas, la afiliación de los animales con el ser humano y la vejez.

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Este último y la muerte “son mi mayor inquietud, porque me interesa descubrir cómo con el pasar de los años se van acallando los cuerpos”, refiere la artista, de 30 años. Los materiales que utilizó para elaborar su trabajo fueron silicona, impresión digital, alfombra y pintura.

Para obtener los moldes de los movimientos de su boca, Córdova se valió del yeso que usan los dentistas. “Cada movimiento que genera decir la expresión ‘último aliento’, la conservo en yeso, luego lo pasé a silicona, que es el elemento que se expone ahora”, sostiene.

Córdova, además, diseñó Último aliento con plata, cuyo metal usa desde hace un año.  “En la parte central de mi instalación constan en orden silábico las dos palabras del título. Ellas están confeccionadas en plata”, revela la artista, y agrega que las bocas en silicona están ubicadas en desorden.

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El concepto de su trabajo artístico refiere a la gestualización y el lenguaje oral, porque, dice,  “es una cosa que me está costando aprender a mí. No me manejo muy bien hablando, me gusta más esculpir y pintar, así es como yo logro expresarme”.

La producción artística de Córdova es cíclica puesto que, durante sus cinco años de trayectoria, sostiene que a momentos utilizó llaves, fósforos o metales, para manifestar un conjunto de propuestas que mentalizó. Afirma que luego que ganó el Salón Nacional de Arte de la Bienal de Cuenca les comunicaron a ella y a los otros cinco triunfadores del concurso que para la Bienal debían participar con una obra que no hubiese sido expuesta anteriormente, por lo cual elaboró Último aliento.

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Córdova recorrió los sitios de exposiciones de la Bienal para encontrar el espacio adecuado donde pudiera exponer su instalación, la cual mide 6 metros de largo, que es la altura que alcanza la pintura sobre la cual descansa la impresión digital y las bocas. El color concho de vino es de un lapiz labial que ella usa.

La obra tiene 1.20 m de ancho, que es la misma dimensión de profundidad, porque incluye una alfombra que descansa sobre el suelo. La artista cuencana, que reside desde hace año y medio en Quito, expresa que en lo poco que ha visto de la Bienal, ha percibido que los otros ganadores del Salón decidieron trabajar sobre las mismas propuestas que presentaron en ese certamen, pero que como ella no tenía huesos de animales, material que utilizó para la obra Nudo (con la que se llevó el primer lugar del concurso artístico), optó por formularse otro planteamiento.

Córdova ha expuesto en Guayaquil, Quito y Cuenca. Desea hacerlo internacionalmente en Buenos Aires o Santiago de Chile, porque asegura que esas ciudades tienen un buen nivel cultural.

IMÁGENES
DELEGACIÓN

El Museo de Arte Moderno, el Museo de Historia de la Medicina y  la fachada del Museo de las Conceptas  son algunos de los espacios que acogen desde el pasado viernes las obras de los 35 artistas  ecuatorianos que representan al país en  la VIII Bienal Internacional  de Cuenca, que se inaugurará mañana.

ELEGIDOS

Para seleccionarlos se convocó a un Salón Nacional de Arte, certamen que ganó Juana Córdova. De ese evento se escogió a cinco artistas más. El resto lo seleccionó  un grupo de curadores, integrado, entre otros, por Freddy Olmedo, Lupe Álvarez y Mónica Vorbeck.

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