Leí por la prensa la indignante y por demás determinación, respecto a no acusar a los que participaron en la masacre de Fybeca. Me parecía inconcebible considerando que la Veeduría de la Comisión del Control Cívico de la Corrupción del Congreso Nacional, y de la Inspectoría General de la Policía había concluido ya en serios, profundos y profesionales informes, que en ese acto de barbarie y abuso de poder se habían cometido ejecuciones extrajudiciales y no hubo asalto, ni cruce alguno de disparos; pero todo eso ha quedado relegado ante tal posición.

Todos los ecuatorianos sabemos a estas alturas la verdad de cuanto ocurrió.
Como si eso no fuera bastante, y en pleno Domingo de Pascua, luego leo sobre otro hecho abominable, increíble, ¿cómo puede ser posible que nadie, pero nadie, notara las atrocidades cometidas en la traducción de la magistral obra poética de Jorge Carrera Andrade? La razón parece evidente, nadie la examinó, y si alguien lo hizo no sabía inglés. ¡Qué barbaridad! Solo en Ecuador pueden ocurrir esto hechos lamentables.

Ing. Kléver Guajala Fajardo
Naranjal