Un mes después de los atentados del 11 de marzo en Madrid, la ciudad recupera poco a poco la normalidad, mientras siguen los homenajes y las muestras de recuerdo a las víctimas y se multiplican las voces contra el terrorismo.

La céntrica estación ferroviaria de Atocha en Madrid, objetivo principal de los terroristas el 11-M, se ha convertido en un lugar de culto al que miles de personas se acercan para colocar una vela, rezar una oración, dejar un mensaje o depositar unas flores en memoria de los 191 fallecidos en los ataques.

El templete que sirve de acceso a la terminal de cercanías de la estación está lleno de frases cargadas de dolor e incomprensión hacia lo ocurrido. En sus pilares –rodeados de flores, fotografías de las víctimas y velas– se leen frases como “En esos trenes íbamos todos”, “Hay doscientos ángeles más”, “Sí a la vida”, “Te quiero Madrid”, “No al terrorismo” o “Nunca os olvidaremos”, pero sobre todo se repite una pregunta “¿Por qué?” y una palabra “Paz”.

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Pero a Atocha no solo acuden estos días los que van a tomar un tren o a recibir a algún pasajero, sino que son muchos los que se acercan ex profeso a la estación para rendir homenaje a las víctimas en un vestíbulo que se ha convertido en una especie de santuario.

Allí, banderas de todas las regiones de España y de muchos países del mundo se entremezclan con pancartas con crespones, mensajes escritos en un sinfín de idiomas, poemas, muñecos, caretas de teatro simbolizando la tragedia, entre otros.

Un total de 1.455 personas han solicitado regularizar su situación en España y 1.223 la nacionalidad, de ellas gran parte latinoamericanas, después de que el gobierno anunciara que daría el permiso de residencia y la ciudadanía a las víctimas extranjeras de los ataques del 11-M y sus familiares directos.

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Según la Dirección General de la Policía española, de los 1.455 extranjeros que han pedido la regularización, 516 son de Ecuador, 431 de Rumania y 227 de Colombia.

Como víctimas de los atentados cursan esta solicitud 923 personas, mientras que el resto son cónyuges, parejas, hijos, padres y hermanos. Entre los 1.223 peticionarios de nacionalidad (1.165 como víctimas), 477 son de Ecuador, 240 de Rumania y 198 de Colombia.