Es una tradición palestina que nace de la fiesta de la Resurrección de Cristo y que la comunidad ortodoxa en Guayaquil la aplica todos los años. Mariam Touma, de la fundación cultural ortodoxa Santa María, relata que la leyenda tuvo su origen cuando María Magdalena acudió al sepulcro de Jesús, después que él había muerto.

Ella cargaba un cesto de huevos y, al ingresar a la tumba, se le presentó el Señor resucitado. Cristo le pidió que comunicara la noticia a los apóstoles y, cuando María Magdalena ya se retiraba, ella se dio cuenta que los huevos cambiaron a colores verde y rojo.

“El verde representa la esperanza de la Resurrección y el Rojo, la Pasión de Cristo”, indica Touma. En Medio Oriente, entre los feligreses ortodoxos se acostumbra para Domingo de Pascua cocinar los huevos y pintarlos en colores vivos. Algunos, con un arte especial, los pintan con flores y figuras de colores.

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“Incluso, ese día, se intercambian los huevos pintados entre familiares y amigos”, refiere. No obstante, aclara que la Iglesia ortodoxa se rige por el calendario juliano, por lo que no siempre coincide la celebración de la Pascua con la de los católicos.

La costumbre de los huevos de pascua llegó a América con los emigrantes de Medio Oriente, Grecia y Europa Oriental.

Costumbres
En otros países se mantiene la costumbre de ofrecer estos huevos. Según la época medieval, se acostumbraba a regalarlos a los sirvientes.

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En Alemania se les daba huevos a los niños y estos eran acompañados de otros regalos de Pascua. Varias culturas han desarrollado sus propias maneras de decorar los huevos.

En Grecia se intercambiaban huevos rojos en honor a la sangre de Cristo, mientras que en Alemania y Austria se utilizan huevos verdes para el Jueves Maundy (Jueves Santo).

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En Eslovaquia decoran los huevos con patrones en dorado y plateado; y en Austria hacen patrones pegando helechos y pequeñas plantas alrededor del huevo, y después los hierven.

Los polacos y ucranianos utilizan diseños simples y colores fuertes, o decoran en el distintivo estilo pysanki (diseñar o escribir). A esos huevos se les pone cera de abeja derretida y después se baña en una serie de tintas.